martes, 14 de septiembre de 2010

Mundobasket 2010. Mentalidades grandes, pequeñas, o símplemente prácticas


Toca echar un breve vistazo al recién concluido Mundial de Baloncesto disputado en Turquía. Lo he visto relativamente poco, y quizás como dicen, también me ha quedado esa impresión de un torneo algo descafeinado. Ganó el favorito de muchos, dejando esa impresión de ser un equipo batible pero muy poco exigido a lo largo del torneo, y por el camino han quedado varias decepciones y no menos sorpresas.

Desde cierto punto de vista, ha sido el mundial de las mentalidades. Mentalidad muy particular ha sido la exhibida por el campeón Estados Unidos: un equipo presionado por esa particular minusvalorización exhibida desde su propio país, y por ello enfocado radicalmente al pragmatismo: lo importante era ganar para volver a casa con la cabeza alta, el espectáculo iba después (pocos, muy pocos les habrán seguido en su país). Tampoco les ha hecho falta formar un equipo para ello, sólo las buenas individualidades de siempre, un físico imponente y... balones a Durant.
La finalista Turquía ha exhibido una mentalidad ambiciosa pero conformista, limitada. La selección de Tanjevic dio por concluida su participación (y éxito indudable) tras ganar las semifinales, y ni siquiera se permitieron disfrutar de una final en casa ante el gigante yanquee. Pronto la entregaron. Lo de Ilyasova en las grandes citas, de juzgado de guardia una vez más.

MENTALIDADES GRANDES
Probablemente habría sido bonito ver a Serbia en esa final. Empecé a descubrir aquella tradicional mentalidad yugoslava cuando la selección de los Djordjevic, Danilovic, Stojakovic, Divac y compañía: iban ganando de 30 sus partidos y seguían arrasando sin concesiones, como si estuvieran empatados. Tras los años de convulsiones, Serbia ha recuperado aquella mentalidad envidiable, con un equipo muy joven y por ello aún más limitado que aquél. Pero sin embargo, han sido de los pocos que de verdad han dado muestras de creerse que podían ganar este mundial (la lucha por el bronce fue un calvario para ellos); si no aflora esa otra mentalidad serbia de acabar los egos a ostia limpia, en los próximos años serán increíbles.
Algo parecido a Serbia lo ha exhibido Lituania, otro equipo de mentalidad férrea aunque con peor pinta generacional durante este mundial que el serbio; nadie los esperaba en el lugar al que llegaron. Por contra, Croacia ha mostrado, otra vez, el reverso balcánico: su generación de jóvenes talentos no parece estar al nivel de la serbia, pero lo peor es que han olvidado aquella mentalidad sanguinaria de los Kukoc, Radja y demás.

Lo de Argentina ha sido bien curioso. Probablemente su partido más completo ha sido el de la lucha por el mísero quinto puesto con España. De mentalidad, algo flojitos para el equipo que podían explotar, y llama la atención que su competitividad haya aflorado de las cuentas pendientes con la 'ÑBA'.
La 'ÑBA'... No soy quién para evaluar los motivos de su fracaso, pero es muy llamativo que en su caso, la mentalidad que ha prevalecido ha sido la artificiosa opulencia emanada desde los 'periódicos' deportivos de mayor tirada de turno, dando casi por finalista y dorando diariamente la píldora a un equipo que no llegaba en la plenitud de otros años... y no tenía a Pau. La realidad es que, al margen de la calidad, muy pocas veces (Grecia) se les ha visto realmente felices en el campo. Por supuesto, ahora tan absurda es aquella mencionada opulencia como los rumores que ahora afloran sobre el 'fin de ciclo' y demás palabrería, pero este país muchas veces funciona así.

MENTALIDADES DÉBILES
Mentalidades débiles las de Brasil, Australia y Eslovenia, tres equipos que acostumbran a traer plantillas de mucha calidad pero que nunca se creen lo lejos que podrían llegar, o al menos el impacto que podrían tener. Todo eso acaba traducido en grupos planos y fríos, endebles a la primera incontingencia. La canarinha de Splitter, Huertas, Barbosa, García y Varejao ha parecido conformarse con plantar cara a Estados Unidos; la Eslovenia de Lakovic, Dragic, Becirovic y Brezec ni eso. Algo parecido ha evidenciado Francia, que últimamente lleva a los torneos internacionales equipos con bastante más buena pinta de lo que luego resultan ser.
Y para fría, la mentalidad rusa, una plantilla en principio sosa y sin apenas atractivos (Holden, Kirilenko, McCarthy, Hansen...) que simplemente ha llegado hasta donde todos esperaban que llegara, sin dar lugar a sobresaltos de ningún tipo. Todo lo contrario, Nueva Zelanda: un equipo muy limitado pero que siempre ha pensado en grande, con ambición y confianza. Eso les ha hecho acabar dando la impresión de fresca revelación, de las pocas alteradoras del orden previsto.

PASARLO BIEN U OLVIDAR LA MENTALIDAD
Lo de Angola, curioso. Siempre aparecen con prácticamente el mismo equipo, igual de limitado y de bajito, los mismos nombres. Pero su mentalidad en cambio es la de disfrutar la experiencia al máximo, pasarlo pipa. Probablemente han sido el equipo que más ha disfrutado jugando contra Estados Unidos pese a haberse llevado la mayor paliza. Y para más inri, este año se cruzaron con ese caramelito dulce que es Alemania, un equipo cuya dependencia de Nowitzki ha alcanzado niveles tan complejos que cuando éste no va, directamente se dejan la mentalidad en casa.
Para acabar, olvidaba a Grecia. Desde un punto de vista de aficionado del baloncesto en general, quizá ha sido el peor trago de este mundial. Una generación excelsa de jugadores que ha vivido a la sombra de España y ahora también agoniza a la sombra de España. Lo de dejarse ganar contra Rusia para evitar a los de Scariolo evidencia la triste falta de ambición y patética mentalidad minúscula de ese equipo. Su lección es que no contaron con la mentalidad grande de equipos más pequeños (Nueva Zelanda). Les toca renovación.

2 comentarios:

  1. El número 33:

    Sobre mentalidades:

    - Mentalidad de una afición que nos dedicamos a encumbrar ídolos para luego derribarlos a una gran velocidad. Pasamos de la ÑBA a "generación perdida" en quince días, sin termino medio.

    - Mentalidad de una afición que criticamos que el seleccionador no sea español pero clamamos porque se nacionalice y se incorpore por vía de urgencia a la selección nacional jugadores que llevan en España muchos menos años y han contribuido, de momento, menos a que equipos españoles consigan títulos.

    - Mentalidad de una afición que exigimos a los entrenadores que arriesguen con jugadores jóvenes en vez de con otros más consagrados. ¡Total, si sólo está en juego su puesto de trabajo!

    - Mentalidad de aquellos que, ahora que algunos jugadores dicen adiós a la selección, les recriminaremos por considerarles culpables del último fracaso en vez de recordar que fueron protagonistas claves de la época más gloriosa del baloncesto español.

    - Mentalidad de una federación que planifica una preparación a un torneo que parece más un homenaje constante. Y para que no nos amarguen la fiesta arbitramos a nuestro favor, y sólo viajamos fuera un partido que fuera nos abuchean…en fin que hacemos trampas jugando al solitario.

    - Mentalidad de una federación y de un presidente que ya no puede escudarse en “…pero el equipo nacional es el campeón” para disimular la situación catastrófica en que se encuentran las competiciones por ella auspiciadas.

    - Mentalidad de una federación que lleva seis seleccionadores en diez años.

    - Mentalidad o falta de ella en la mayoría de los partidos que se juegan en la NBA. Si el liderazgo, el dar un paso adelante cuando hace falta, el echarse el equipo a la espalda cuando hace falta y nadie lo quiere hacer…hay que entrenarlos durante la temporada ¿cómo podemos pedir a un jugador que juega 82 partidos al año en que no se juega nada, absolutamente nada, donde da igual una victoria más que una menos (total ya estoy pensando en el draft) y cuyo único aliciente es ver el mejor mate de la semana, que durante quince días al año haga lo que no hace el resto del año?

    - Mentalidad de una prensa deportiva que tiene que vender expectativas en vez de realidades.

    - Mentalidad de jugadores que piensan más en que equipo de más allá del charco quieren jugar cuando aquí se estrellan cada vez que tienen que liderar a sus equipos. Por ejemplo en la final ACB, o durante todo un mundial en el que por lesión no tiene competencia en su puesto.

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  2. Amigo mío, practicamente al 100% coincido contigo.

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