El 'infierno tijoleño'

Evidentemente no se puede hablar de ambientes como esos campos griegos y turcos de la Euroliga, pero a mucha menor escala, en Tijola llevan toda la semana preparándose para que su público abarrote el viernes su pabellón.

Tal y como se ha ido publicando en la prensa local de allí, el equipo no va a escatimar en recursos humanos de cara a esa última baza que tiene para conseguir el ascenso directo: ganar el viernes al Clavijo, y que Alcázar pierda en su campo con el CB Prat.
Nada más acabar la anterior jornada, el entrenador de los tijoleños, Antonio Herrera, hacía el primer llamamiento a la afición: “Espero que se vuelque. Imagino que irán al pabellón con la misma ilusión que tenemos nosotros, que el sueño se haga realidad; la afición sabe de sobra todo lo que nos estamos jugando el viernes”. Se puede leer la notica completa aquí.
El martes, ya en la recta final de la semana decisiva, el presidente, José Juan Martínez, se sumaba al llamamiento: "Que el pabellón se llene, y esté listo para celebrar un ascenso". Aquí sale la noticia completa. Hoy mismo, era el alero Víctor Pérez el que valoraba que “el ambiente aquí es muy bueno. Hay mucha ilusión por la posibilidad de ser campeones" (ver aquí).

Es, en resumen, el ambiente mediático típico de una semana en la que te lo juegas todo a cara o cruz: a tope de sensaciones, ilusiones y expectativas; y hablando mucho menos de basket de lo deseable. No es malo ni atípico (el Alcázar también lo hace), sino lo habitual y probablemente inevitable. También puede ser un arma de doble filo para esos equipos que, quieran que no, irán con los nervios a flor de piel.
Así con todo, el Clavijo se las verá muy probablemente en un pabellón abarrotado y que vivirá el ambiente único de las citas decisivas. Lo cierto es que nuestro equipo ya ha tenido alguna que otra cita de este calado en los años que lleva en LEB Plata: la primera, inolvidable, aquella final de la Copa LEB 2 que se ganó en Logroño al Beirasar Rosalía, en la primera temporada del club en la categoría, en un Palacio con 3.200 aficionados (qué tiempos). El precedente más cercano en el tiempo fue probablemente la derrota decisiva en el playoff de hace dos años que se juegó en Cáceres, en un pabellón lleno con 5.000 espectadores que jalearon a su equipo hacia una final a cuatro que se juegaba también en casa.

Una cosa hay que tener clara, y es que lo de Tijola no va a ser como aquello de Cáceres. Los almerienses tienen un pabellón pequeñito, de apenas 400 espectadores, con lo que su llenazo será la habitual asistencia en El Palacio de La Rioja, aunque en un recinto mucho más pequeño y, por tanto, más apretado. Como siempre, esas sensaciones pueden ser peligrosas: les puede salir un partido perfecto, que no dejen opción al rival, pero también ser presa de los nervios y la precipitación, y hundirse. El Clavijo tiene a favor el detalle de ir de invitado de excepción a una fiesta de la que no forma parte, y hacerlo además sin prácticamente presión. Como decía Sala el otro día, "un entrenamiento de alta exigencia".

Aún es muy pronto para hablar de lo que vendrá después, pero ojo al factor psicológico de este Tijola que puede pasar de ascender directo a quedar tercero de grupo (Huesca es segundo haga lo que haga, por ganar la Copa, y curiosamente eso le 'condena' a viajar a Menorca en primera ronda) y vérselas hipotéticamente primero con un Huelva que puede ir de tapado, y luego con un Navarra que va a más.

Veremos, pero se presenta apasionante la última jornada.

(fotos: 1 Víctor Pérez, de Tijola, en su cancha fuente: Teleprensa World 2. El pabellón Díaz Miguel, de Alcázar, abarrotado /fuente: La Tribuna de Ciudad Real)