El basket riojano asoma la cabeza entre la mejor generación de Europa

Como es habitual, en estas cosas del baloncesto la tendencia general es a infravalorar o, mejor dicho, no valorar del todo, lo que se hace y consigue. El último ejemplo, en cambio, no lo es tanto sobre todo en lo que a medios de comunicación se refiere. Hoy ha sido un día en el que daba gusto ir al bar y desayunar con esa portada de La Rioja, o esa doble página interior de El Correo. El baloncesto riojano ha hecho muchas cosas grandes este último año, pero esta última ya es mucho más que una simple guinda al pastel. Tenemos a un riojano y a un 'casi-riojano' como campeones de Europa U20, algo que si la memoria no me falla, jamás se ha dado en un deporte de equipo a nivel de selección. Casi nada.

Llama la atención el importante contraste entre aquella selección U20 en fase de pruebas, que dejó varios sinsabores en Logroño, y el equipazo al que nadie le ha tosido durante estas dos semanas de torneo, con la (relativamente) cómoda victoria en la final ante una desesperada Italia, como mejor ejemplo, lesionados mediante. No toca riojanizar este éxito (que tanto nos gusta riojanizar las cosas) para no caer en la excesiva parcialidad, sino simplemente contemplar en su justa medida como el siempre humilde baloncesto de esta diminuta región también tiene una cabeza que asomar con orgullo, y con el peso de una medalla de oro colgando del cuello.

De lo individual no hay mucho más que añadir. El chico al que hace apenas dos años muchos ponían en duda su capacidad para formar parte de una plantilla en LEB Plata (este blog incluido, que se podría  llamar 'el ojo del halcón', visto lo visto), está ahora entre lo más representativo de una generación a la que absolutamente nadie tose en Europa. En cuanto al coach, el hecho haber moldeado ese talento con paciencia y confianza durante estos años es apenas uno de los muchos eslabones de una carrera y de un proyecto de baloncesto en Logroño que en gran medida, es suyo.
La selección, un gustazo verla: redescubrir estas semanas a jugadores como Llovet, Jódar, Barrera, Simeón, Pozas, Franch; al lado del impacto Mirotic, ha sido todo un lujo para el espectador.

Para acabar, un saludo también para uno de esos adscritos al 'trabajo en la sombra': el fotógrafo Jonatan González, también riojano por cierto, y cuyas fotos del torneo en Bilbao, una vez más, han superado en interés y pasión a la mayoría de crónicas escritas. La que acompaña este post es un ejemplo (uno más) de que una imagen suya vale más de mil palabras.