¿Echó la U20 de menos a Borja Arévalo?

Me comentaba esta mañana un tipo, no sin cierto rentintín, que "en tres días en Lobete hemos visto una derrota más que en ocho meses en el Palacio de los Deportes". La afirmación es realista, con el puntito ácido, pero para mí no válida ya que se tratan de equipos, competiciones y circunstancias muy distintas.

Sí la utilizo para quedarme con el ligero regusto amargo que de alguna forma ha dejado la selección U20 en su paso por Torneo Internacional de Logroño, una fiesta del baloncesto de cuyo guión se acabaron torciendo algunos ejes fundamentales, no ya los resultados (hablamos de amistosos), sino cuestiones más de fondo como el propio juego colectivo, la triste ausencia de nuestro riojano ilustre o, ya que nos ponemos criticones, la grada no llena y no del todo viva. Estuvo bien... pero podría haber estado mucho mejor, uno no sale del todo contento.
Me ha dado por escribir mi breve balance de lo visto, y buscar en él una excusa para encadenarlo, sin que se note mucho, con la necesidad de que Orenga cuente con Borja Arévalo en su 12 final que juegue el Europeo de Bilbao en cosa de 10 días. Sí, lo confieso, y del mismo modo, y sin ánimo de ser pretencioso, también confieso que me ha costado menos de lo previsto encontrar el nexo entre una cosa y otra.

No ya sólo por Arévalo, sino también por Llovet, la selección española derrochó talento en ciernes y evidenció a cambio una importante falta de pasión y chispa, de mala baba. Vamos, que el equipo no transmitió. Fuera del 'Arévalo sí' o 'Arévalo no', todavía no he hablado con alguien que me dijera que el juego de la U20 le emocionó, le apasionó, o simplemente le apasionó. Los de Orenga han hecho, al fin y al cabo, tres partidos correctos pero planos, predecibles y sin sorpresas salvo detalles aislados e individuales. El exponente ha sido esa pintura plagada de tipos muy altos pero insolventes en el rebote y con poco coraje ante zonas bien armadas como la turca o la francesa.
Por eso probablemente diría que se echó de menos a un tipo como el lesionado Llovet, bajito y bregador a más no poder, del tipo de Felipe Reyes. Y por eso también diría que se echó de menos a un tipo como Borja Arévalo; a él no puesto que no ha debutado y no se sabe por tanto su rendimiento en pista, pero sí a todo lo que le hemos visto sobre todo este último año en Logroño: defensa agresiva, revolucionador ofensivo, casta en ambas zonas.

De todo eso he visto algo en Pepe Pozas, tercer base y para mí el mejor en Logroño. Sería interesante comprobar los parciales de España con él en pista el domingo ante Francia, y luego compararlos con los de Josep Franch, probablemente mi mayor decepción. También hubo de eso en el alero del Prat, Álex Barrera, de esos jugadores que hacen de todo y todo bien, y además le echan morro cuando hace falta. Más plano se quedó uno con el trío de interiores 'veteranos' (Lorenzo, Mirotic, Gil), que seguramente necesita más la variante de Llovet que la de Arteaga.
El penúltimo descarte parece muy claro: Carles Marzo, que apenas jugó y es el cuarto base. En el último,  parece que Arévalo podría estar en algunas quinielas (al menos de ésas que nos hacemos los de fuera), por su peculiar lesión (alteración cardiaca) y quién sabe si por no tener el pedigree de cantera ACB.

Lo que queda pensar es que quedan 10 días, y que nuestro riojano estará listo para la recta final, y podrá debutar con el equipo. Pensar eso y que, por lo visto en Lobete, no ha quedado la impresión de que haya 12 jugadores con más talento ni prestaciones que el del Clavijo. Y ante las contras, se me ocurre un 'pro' más: los 15-20 minutos que ha jugado este año por partido en un equipo ganador, asumiendo responsabilidades y madurando cada día en su juego. Esa dinámica luego se nota, igual que se han notado en Logroño las de algunos jugadores ACB que han pasado el año en el banquillo.

Que quede clara la intencionalidad partidista y absolutamente interesada de esta opinión (y también sus argumentos). También la realidad de que esto ha sido un mero torneo amistoso, con todo lo que ello implica. Pero mandan las ganas de ver al 'nuestro' con la roja en Bilbao. Si no, al fin y al cabo esto no sería un blog del Clavijo ;-)

PD: Grandes jugadores han pasado por Logroño. Un servidor, muy fan del francés Fournier, de los turcos Mutaf y Konksal y del ruso Antipov.